La última actividad de este parcial consistió en un juego llamado Starpower, para el cual fuimos divididos en 3 grupos, uno de 4 que se identificaban con un collar con un cuadrado, uno de 8 que tenían un círculo y un último grupo con los alumnos restantes que llevaban un collar con un triángulo. Luego a cada mesa se nos repartieron unos sobres con 5 fichas de colores diferentes y se nos dieron las instrucciones del juego.
El objetivo del juego era hacer la mayor cantidad de puntos posibles, cada color de ficha tenía un valor diferente, la amarilla tenía un valor de 100, la verde de 50, la roja de 30, la azul de 15 y la blanca de 5. Además de conseguir puntos por los valores de las fichas, era posible conseguir puntos extra con algunos bonos, había un bono de 10 por tener 3 fichas del mismo color, uno de 30 por 4 fichas del mismo color y uno de 50 por 5 fichas del mismo color. También por cada intercambio efectivo, es decir, cambiar una ficha de un color por otra de un color diferente dando un apretón de manos al inicio y al término del intercambio te daba 5 puntos. Como último bono extra, al final de los 5 minutos que nos eran dados para hacer intercambios se nos repartían por mesa 3 tazos con un valor de 25 puntos que podían entregarse a una misma persona o a tres diferentes, la condición era únicamente que la repartición fuera por votos unánimes. Y así comenzó el juego...
La primera ronda fue un poco extraña, sabía que algo tramaba el profesor con dicha dinámica y quería descubrir cuál era el truco bajo el juego y me sorprendió ver que no era la única, Ricardo estaba igual que yo, tratando de dilucidar cuál era el objetivo. Al término de los 5 minutos, hicimos conteo de puntos y lamentablemente me bajaron una mesa y quedé en la de los triángulos.
Para la segunda y tercera ronda empezamos más a jugar en lugar de cuestionar y nos divertimos bastante haciendo trueques, inventando maneras de que te quisieran cambiar fichas y de conseguir más puntos en mi caso para al menos regresar a mi mesa inicial.
En la cuarta ronda, el profesor nos leyó los puntajes y nos recordó que a partir del que tuviera el puntaje más alto calificaría, siendo así que el que tuviera más puntos sacaría un 100 y de ahí para abajo con los demás. Este recordatorio obtuvo el efecto deseado por el profesor, ya que entre muchos de nosotros había una gran diferencia de puntaje con el más alto, lo que nos llevó a hacer unos trueques medio turbios por decirlo de alguna manera, ya que en lugar de hacer pocos trueques entre varios, empezamos a hacer muchos trueques con la misma persona, algunos incluso lo hacían por los 5 minutos completos! Al final de esta ronda, recuperé mi lugar en la mesa de los círculos pero hubo unos puntajes exagerados por la cantidad de intercambios que habían hecho, la diferencia se empezó a marcar mucho. Y fue entonces que el profesor dijo que los 4 privilegiados de la clase alta podían modificar las reglas que quisieran y como desearan y las demás clases podíamos hacer sugerencias pero ellos no estaban en la obligación de ponerlas o siquiera tomarlas en cuenta.
Así fue que cambiaron algunas reglas pero pensaron realmente sólo en su beneficio, en que no pudieran bajarlos de su lugar privilegiado y según emparejando las riquezas comunes. Jugamos otra ronda y como ahora estábamos limitados a 5 intercambios fue muy rápida y aburrida la ronda, además de que fue cuando pudimos darnos verdadera cuenta de cuánto nos habían afectado las nuevas reglas y cómo ellos sacaban provecho de dichas reglas. Como me dieron un tazo en mi equipo ahora con un valor de 100, obtuve el máximo puntaje posible ahora 325, por lo que yo y otros 3 que también tenían un poco de posibilidad de quitarle el lugar a alguno de la mesa más alta, pudimos conservar nuestro lugar en la mesa media.
Y así llegó la última ronda, el patrón se repitió, fue una ronda rápida. Una compañera de nuestra mesa fue capaz de subir a la mesa privilegiada y todos estábamos esperando que ella ayudara a cambiar las reglas a nuestro favor de nuevo pero la actividad concluyó, habíamos ya llegado al patrón que el profesor buscaba, 3-4 personas con mucha riqueza y unos cuantos sobre la línea de pobreza mientras que el resto estaba muy bajo. Nos explicó entonces que así es como suelen comportarse los gobiernos corruptos, los de arriba siempre van a buscar una manera de protegerse y asegurarse de que sus cargos y posiciones queden impunes y constantes aunque ello signifique llevarse entre las patas al resto.
Pienso que a fin de cuentas fue una actividad un poco ruda porque muchos pensábamos que siendo todos un grupo, nuestros compañeros que estaban en el poder no pensarían solo en su bienestar, sino en una manera de hacer las cosas más justas y equilibrar la balanza en las 3 mesas por lo que ver el resultado fue un poco decepcionante y triste aunque pensándolo bien pues es una reacción común. Tal vez yo en su lugar a pesar de todo me hubiera comportado igual o no sé, pero si algo sé, es que el poder corrompe. También fue feo experimentar la angustia y desesperación de estar en la mesa más baja, ya que tus posibilidades de subir eran muy pocas. Pero también algo curioso, fue que en esta misma mesa, la gente era más considerada, más unida y no dejaba al otro hundirse.
En conclusión, fue una actividad sumamente interesante y controversial, nos generó muchos sentimientos pero también dejó marcadas muchas enseñanzas y dio pie a muchas reflexiones. Creo que si queremos cambiar al país, debemos dejar de acumular riquezas en unos cuantos nada más y abrir oportunidades para los que no tienen esas facilidades, ya que si los alentamos y les mostramos que su esfuerzo se va a ver reflejado y de hecho tiene peso, valor e impacto suficiente como para ser notado y apoyado para mejorar, será mucho más fácil que ellos se animen a salir adelante. Necesitan ayuda, apoyo y comprensión, lo que es muy diferente a mantenerlos, ya que mantenerlos los hace inútiles y entonces todo el potencial que podían llegar a tener y explotar se pierde y en lugar de que ayuden al país a subir, lo hunden.
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